La evaluación inicial en consulta tiene como objetivo fundamental identificar individuos con sobrepeso, obesidad y en riesgo de obesidad, que se pueden beneficiar con la pérdida de peso.
Debe involucrarse la participación del médico internista, gastroenterólogo, cirujano general, cirujano bariátrico, anestesiólogo, endocrinólogo, psicólogo, nutricionista-dietista y trabajo social.
Desde la evaluación inicial se debe aconsejar al paciente los cambios en conducta y nutrición que se requieren como consecuencia de la cirugía bariátrica y que pueden modificar la calidad de vida del paciente.
Se recomienda ofrecer cirugía bariátrica a los pacientes con un IMC > 40 kg/m2 o pacientes con IMC >35kg/m2 con comorbilidad, para reducir la pérdida de peso y mejorar la calidad de vida.
Los pacientes candidatos a cirugía bariátrica deben haber tenido falla o fracaso terapéutico (periodo de 6 meses o más) en la pérdida de peso o en la capacidad de mantener la pérdida de peso a largo plazo, posterior a un tratamiento farmacológico y no farmacológico apropiado.
Es importante considerar que el IMC mayor a 40 y la presencia de comorbilidad incrementan el riesgo quirúrgico y las complicaciones postoperatorias, por lo que se recomienda evaluar los factores de riesgo y comorbilidad de cada paciente.
PARA EL PACIENTE ADULTO:
*Índice de masa corporal (IMC) > 40kg/m2
*IMC 35-40 kg/m2 con comorbilidad en quienes la pérdida de peso inducida por la cirugía se espera que mejore desordenes metabólicos, enfermedad cardiorrespiratoria, enfermedad articular y problemas psicológicos.
PARA EL PACIENTE ADOLESCENTE:
*IMC de 35 kg / m2 o superior con importantes comorbilidades (como la diabetes tipo 2, moderada o severa apnea del sueño, seudotumor cerebral, o enfermedad grave del hígado graso)
*IMC de 40 kg / m2 o superior con otras comorbilidades menos graves (tales como presión arterial alta, colesterol alto, la apnea del sueño leve o moderada)
Dieta preoperatoria Perder grasa abdominal disminuye el riesgo quirúrgico. Dependiendo del tipo de cirugía que te practiquen, tu dieta pre-operatoria puede empezar desde tres semanas o hasta tres meses antes de la cirugía. Tras los estudios y evaluaciones iniciales te informaremos si necesitas seguir una dieta previa y en qué consistiría. Medicamentos usuales Si tomas medicamentos para el control de algún padecimiento, ya sea hipertensión, diabetes u otro, debes avisar al médico. En algunos casos es necesario suspender su uso, dependiendo del tipo de medicamento y la cirugía que se va a realizar. Actividad física Puedes continuar tu ritmo de vida con normalidad, si realizas deporte o tu trabajo requiere esfuerzo físico no hay problema. Antes de la operación no es necesario guardar reposo. Cigarrillo y Alcohol El tabaco y las bebidas alcohólicas pueden aumentar el riesgo de complicaciones en la cirugía, por lo que si eres consumidor habitual se recomienda dejarlo por lo menos 2 semanas previas al procedimiento